CAPITULO 13º: MI METODOLOGÍA, PEPE BUITRAGO 28/02/2025
El cabañuelista murciano uno de los más respetado de España, satisfecho con lo aprendido, sigue acumulando conocimientos, pues aun sabiendo mucho, es consciente de que queda mucho por descubrir. NI MÁS, NI MENOS: DIFERENTE.
Salgo al campo observando la naturaleza y, mientras camino, pierdo la cabeza, pues es tanto lo que veo que no me cabe en ella. La naturaleza es un libro abierto, una fuente inagotable de enseñanza. Miro al cielo, veo figuras, escribo en mi diario y replanteo todo lo observado. De mis conclusiones aprendo cada día, pues las cabañuelas derivan de la tierra, el mar y el cielo, elementos combinados que, al ser comprendidos, revelan sus secretos. Con el paso de los años, sumo experiencias y sensaciones, y me pregunto: "Cuando me vaya, ¿a quién se lo dejo?". Son pocos los que lo van aprendiendo, pues los campos se abandonan y con ellos desaparece la sabiduría que encierran.
Las cabañuelas de hoy no son solo un viejo y un pastor mirando al cielo. Son el resultado de un exhaustivo aprendizaje, más preciso y diferente al de otros tiempos. Basta con conjugar algunas observaciones y enlazar ciclos con ciencia, física, química y meteorología, para entender un clima compuesto.
Cuando menciono ciencia, física y química es porque en mis previsiones climáticas y predicciones a medio y largo plazo, las cabañuelas no son solo historia o el conocimiento de mis ancestros. A lo largo de estos 67 años he ido mejorando mi sistema, uniendo nuevas piezas muy valiosas, combinando cientos de elementos que están ahí pero que pocos utilizan. Estos contienen información extraída de los sonidos, la formación y color de las nubes, el estado creciente o menguante de las aguas subterráneas, la influencia de los planetas en nuestro mundo y en los seres vivos, el olfato debido a otros elementos, y los sonidos de grillos, la noche, grullas, cuervos, entre otros.
Es muy interesante analizar los ciclos cortos y largos. Como mencioné en su día, estamos en uno especial: el cambio de milenio, de siglo. Acabamos de pasar un bisiesto especial de siglo. Con esta ilustración quiero dar a entender a aquellos que dudan que un cabañuelista de esta edad no solo mire lo aprendido de mis ancestros o pastores (a quienes respeto y de quienes he aprendido muchas lecciones). Como siempre digo: quien no quiera creer en la naturaleza, que no lo haga. Pero aseguro que es fascinante y muy sabia; hay que entender su lenguaje, pues habla con claridad.
el cabañuelo de Mula, dice: "Es una experiencia fascinante. Siempre afirmo que la suma de palabras forma un renglón, la de los renglones un libro los libros una enciclopedia. Así se construye el conocimiento”. “Es la experiencia, la madre de la ciencia”
Qué hermoso es el campo con toda su riqueza, y cuán gratificante es conocerlo y entenderlo. Mis métodos me apasionan y nunca me canso de hablar con mis seres vivos: plantas, bichos y todo aquello que se mueve en llanuras, montañas y ríos.
Pepe Buitrago, “El cabañuelo de Mula” sigue unos días más junto a ella, aprendiendo.
>CONTINUARÁ.
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Va por ustedes:
Amigos del campo, agricultores y ganaderos:
A todos ustedes, colegas del campo, quiero rendirles un homenaje. Todo el mundo debería conocer la grandeza de su labor y el respeto que merecen. Sin ustedes, sin el campo, no habría nada.
Pastores que producen carne, leche, quesos y tantos productos esenciales, además de mantener limpios nuestros montes y parcelas. Agricultores que nos abastecen de trigo para el pan, cereales para el pienso, frutas para nuestras mesas, y que sostienen el suministro alimenticio de hospitales, hoteles y hogares.
Ustedes, hombres y mujeres del sector agrario, son la base de nuestra sociedad. Y, sin embargo, muchos los ignoran o desprecian. Pero yo los valoro y los admiro. Nací bajo un tormo desnudo y con frío, y sé lo que se sufre en el campo. Por eso, con la llegada de la primavera, quiero dejarles este mensaje de cariño, amor y reconocimiento.
Ojalá aquellos que hoy los ignoran comprendan, más pronto que tarde, la necesidad y el valor inmenso de su trabajo. Yo, por mi parte, les envío mi más grande abrazo y mi gratitud eterna.
Que Dios los bendiga.
Pepe Buitrago, el Cabañuelo de Mula
Mula, 1 de marzo de 2025