Relato: El Pastor de Axientam
En las remotas montañas de Axientam, un pastor muy mayor llamado Jonsiker vivía solo con su rebaño y su pequeña parcela. Padre de catorce hijos, había perdido a su esposa en el último parto, enfrentándose desde entonces a la soledad y al arduo trabajo de cuidar sus tierras y animales. Con el paso de los años, sus hijos, cada uno siguiendo su propio camino, dejaron atrás la montaña y las enseñanzas de su padre. Ninguno de ellos volvió para ofrecerle ayuda ni preguntarle por su salud.
A pesar de su soledad, Jonsiker cultivó una sabiduría profunda y serena. Un día, un caminante perdido llegó a su terreno. Agotado y confundido, pidió indicaciones al anciano pastor. Pero lo que comenzó como una consulta breve se transformó en una conversación profunda. El caminante quedó asombrado por la claridad y la inteligencia de Jonsiker.
<¿Cómo es posible que viviendo aquí, solo y alejado de todo, haya adquirido tanta sabiduría? preguntó el viajero. Jonsiker, con una sonrisa tranquila, respondió:
<La naturaleza y el tiempo son los mejores maestros de la historia. Aprendí observando el cielo, escuchando al viento y entendiendo el lenguaje de la tierra. Mi abuelo siempre decía: “Sabrá más el sabio por viejo que por sabio”. He tenido mucho tiempo para aprender.
Antes de despedirse, el anciano agregó:
<He comprendido que los hijos deben buscar su camino, pero nunca deben olvidar a quien les ayudó a crecer. Respetar y amar el entorno, aprender de la naturaleza y cuidar de nuestros mayores son las claves de la verdadera sabiduría.
El caminante quedó marcado por esas palabras y prometió no olvidar el mensaje del pastor.
Moraleja:
La vida nos enseña a través del tiempo y la naturaleza, pero también a través de nuestras raíces. No olvides agradecer a quienes te guiaron en tu camino, cuidar a quienes te dieron todo y vivir en armonía con el entorno. Las palabras simples como "gracias", "perdón" o "¿en qué puedo ayudarte?" son semillas de bondad que reflejan respeto y conciencia. Compartir lo que tienes no es solo un acto de generosidad, sino también una lección de humanidad.