Capítulo 7º: Introducción a Mis Cabañuelas y Mi Metodología
Pepe Buitrago Gutiérrez, conocido como "el cabañuelo de Mula", comparte en este capítulo una ampliación de las bases de su metodología para observar la naturaleza y predecir el tiempo a medio y largo plazo a través de las cabañuelas.
Siempre miro al cielo porque, como me gusta decir: “Está escrito en el cielo todo lo que pasará en el suelo”. Este capítulo se adentra en el papel fundamental que desempeñan las nubes y otros fenómenos celestes en mis observaciones. Además, exploramos el impacto de los ciclos naturales: las fases lunares, los eclipses, las alineaciones de planetas y otros eventos astronómicos que influyen en el clima.
Un ejemplo práctico es la fecha próxima del 21 de enero de 2025, cuando experimentaremos influencias de diversos fenómenos celestes. Cada uno de estos eventos requiere interpretación para comprender sus efectos en el tiempo y los ciclos climáticos. La naturaleza, con su infinita sabiduría, me sorprende cada día. Observarla no es solo una técnica; es una conexión profunda con el universo. Como siempre digo: “Miremos a nuestro alrededor”. Desde las aves migratorias hasta los halos solares, todo tiene un mensaje si sabemos cómo escucharlo.
Un Repaso a los Elementos Clave de Mi Metodología
En este capítulo, aunque breve, destaco los pilares fundamentales de mi observación:
1. El cielo
Las formas de las nubes, el color del horizonte al amanecer y al atardecer, la dirección del viento, las estelas de los aviones y su forma, la altura de ciertas aves... Todo tiene algo que contar. Incluso los destellos de las estrellas en diferentes momentos del ciclo aportan información valiosa. Saber observar e interpretar estas señales es esencial para entender los mensajes que el cielo nos envía.
2. El tiempo, los ciclos y las ondas radioeléctricas
La experiencia acumulada y el seguimiento constante de patrones climáticos a lo largo de los años me han permitido identificar ciclos que se repiten con precisión sorprendente. Como radioaficionado con más de 40 años de experiencia, también utilizo la radiestesia y las ondas radioeléctricas para captar señales y patrones que la naturaleza emite. Este enfoque complementa mis observaciones tradicionales y aporta una nueva dimensión para interpretar fenómenos meteorológicos.
Por ejemplo, mi abuelo me contó que su bisabuelo le habló de un fenómeno ocurrido en 1761. Doscientos cincuenta años después, yo, Pepe Buitrago, anuncié una gran nevada, lluvias primaverales en Levante y otros eventos climáticos importantes.
En mi trayectoria, he previsto eventos como:
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La gran nevada conocida como Filomena en 2020 y su repetición en ciclos anteriores.
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Plagas de topillos, conejos, avispillas y otros insectos entre 2018 y 2022.
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La desaparición progresiva de ciertos insectos, aves y otros invertebrados.
Estos ciclos no son casuales. Si observamos bien, las coincidencias nos muestran con claridad sus consecuencias futuras. La naturaleza está diseñada para sobrevivir si no la alteramos.
Un Legado para el Futuro
Mi objetivo es dejar un legado escrito que recopile las señas y ciclos climáticos que he identificado a lo largo de mi vida. A lo largo de 66 años, he documentado fenómenos como:
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Granizadas de tamaño considerable.
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Aumentos en la frecuencia de tornados.
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Lluvias torrenciales, fríos intensos y calores extremos.
Gracias a mis conocimientos en radiestesia y radiofrecuencia, he podido captar señales más sutiles y predecir con mayor exactitud estos fenómenos. Todos estos eventos tienen un patrón cíclico, y mi intención es que estas observaciones sirvan a las futuras generaciones para entender y respetar la naturaleza.
La Naturaleza Como Maestra
La naturaleza me sorprende cada día con su sabiduría. Observarla no es solo una técnica; es una conexión con el universo. Desde las aves migratorias hasta las alineaciones planetarias, las explosiones solares y las ondas radioeléctricas, todo tiene un mensaje si aprendemos a escucharlo.
Reflexión Final
La experiencia es la madre de la ciencia, y mi propósito es aprender y compartir estos conocimientos para que juntos podamos entender los secretos que la naturaleza guarda en el cielo. Termino este capítulo con una frase que siempre me acompaña:
“El cielo es el espejo del suelo, y quien sabe mirar, sabe interpretar”.
Pepe Buitrago Gutiérrez “J.B., el cabañuelo de Mula”