La pedanía muleña quiere retornar al esplendor de antaño.
Buscan ser un punto importante en el turismo termal de España y Europa.
Varios empresarios, afincados en la pedanía muleña de Los Baños de Mula, han apostado por el potencial turístico que tienen sus balnearios y la gran posibilidad que tiene en su actividad hostelera, principalmente en la restauración.
En octubre del pasado año 2017, las aguas termales de los Baños de Mula consiguieron la clasificación de minero medicinal, por la Dirección General de Energía y Actividad Industrial y Minera. Esta situación puede marcar un antes y un después en la pedanía muleña de Baños. El alcalde de Mula, Juan Jesús Moreno, aseguró que «la declaración es importantísima para el impulso económico turístico de la zona», destacando, además, el esfuerzo que vienen haciendo distintas corporaciones municipales a lo largo de la historia por esta declaración. «Es ahora cuando hay que potenciar el turismo de termalismo, más que nunca tras este logro, pues Los Baños de Mula tienen un potencial turístico aún sin explotar».
Dicha pedanía está situada en plena naturaleza, pero a solo 20 minutos del centro de Murcia, a siete kilómetros de la ciudad de Mula, tiene 78 habitantes, pero que llegó a tener el doble hace unas décadas. Su tesoro más preciado, además del entorno y la tranquilidad, son sus aguas termales, cien por cien naturales, con una mineralización muy rica, que nacen a una temperatura de 37 y 38 grados. Estas aguas termales están especialmente indicadas para la relajación general, además del tratamiento de todo tipo de enfermedades de los huesos, la piel y para algunas enfermedades renales.
Desde hace unos pocos años varios empresarios, que regentan balnearios o restaurantes, y residentes en la pedanía, llevan a cabo proyectos de adecuación y acondicionamiento de sus instalaciones “es por lo que tenemos la obligación de poner al día el servicio al cliente y dar a conocer este rincón de la tranquilidad que más que nunca tanto necesitamos las personas hoy día”, dice Irene Sánchez Soriano, gerente del Balneario el Delfín.
Entre ellos se encuentran los Balnearios “el Pozo”, “El Delfín”, el restaurante “La almagra”, y las hospederías alojamientos “Postas Casa Morata” y “Rincón de Resu”. Otros establecimientos en la pedanía muleña: Parador San Luis, Baños modernos, Parador Azul, Paradores San Francisco, Parador Molina, El Intendente, y la venta la Magdalena.
Concretamente el Balneario el Delfín es arrendado por la familia de Irene Sánchez Soriano desde más de 25 años. Antiguamente lo llevaron los abuelos de su padre. Después sus padres, y ahora ella. El poder dar al cliente la posibilidad de disfrutar de un agua completamente natural que emana de debajo de la tierra y con diferentes y amplias propiedades “es para nosotros una satisfacción”, dice Irene.
Otro Balneario que ha decidido iniciar un proyecto importante se adecuación de instalaciones es “El Pozo”, cuya gerente es Maritza Ramírez Sánchez Pult, cuya familia lleva la gestión del balneario desde el 2011. Hasta que ellos llegaron, hacía una veintena de años que no se invertía en este establecimiento, encontraron un lugar deteriorado, viejo y en total estado de semi-abandono. Tras haber trabajado duro, todos estos años, conocedores de su potencial, y una vez se sintieron totalmente integrados y enamorados de este pintoresco rincón, decidieron lanzarse a diseñar unas reformas que servirán para actualizar, modernizar y mejorar las instalaciones, teniendo como objetivo alcanzar la Calidad Turística, pues quieren hacer de “Baños El Pozo” un referente a nivel mundial, en el ámbito del termalismo, de la gastronomía autóctona y de las vacaciones de relax, así que acometer esta reforma se ha hecho imprescindible, en pro de mejorar la oferta y la calidad de esta.
Ambos coinciden que es necesaria esta apuesta para dar un giro de 180º al turismo de los Baños, “porque el turismo del siglo XXI es diferente al de la pasada centuria, y aquí no se ha movido nada desde hace mucho tiempo”, dice Maritza. Las nuevas generaciones, nuevos modelos familiares, las necesidades personales obligan a una nueva adaptación en instalaciones y a aumentar la publicidad de este rincón murciano, “que nos ofrece una tranquilidad y armonía que en pocos lugares se puede tener, junto con la calidad de un agua que ha tantas personas durante muchos años llevan viniendo con fines terapéuticos y preventivos para la salud”, dice Irene.
La hospedería “Casa Postas Morata”, cuenta con cuatro apartamentos, que puede dar alojamiento a 20 personas y piscina.
La hospedería “El Rincón de Resu”, cuenta con piscina compartida. Los cuatro apartamentos ocupan una casa rural del siglo XVIII y presentan una decoración sencilla en tonos cálidos. Todos tienen salón comedor con TV y cocina completa con microondas y lavadora. La conexión WiFi es gratuita.
Balneario “El Pozo”
En estos momentos “Baños el Pozo”, en su especialidad es los baños termales, tienen 7 Termas distintas, para cubrir todas las necesidades de quienes les visitan, entre los que se encuentra la emblemática terma “El Pozo”, popularmente conocido como El Nacimiento, siendo el más popular y solicitado. Ahora han construido un nuevo Restaurante que hemos llamado “Thermae El Pozo”.
Desde que comenzaron, realizaron inversiones propias del mantenimiento de unas instalaciones obsoletas y muy deterioradas, en especial por la humedad de las aguas y la inacción de nuestros antecesores.
Ahora bien, el proyecto del Complejo, con la reforma, acondicionamiento y modernización de las Termas, la construcción del nuevo Restaurant y la de los 8/10 apartamentos que estan proyectando, el presupuesto puede irse a muchos miles de euros.
En algunas de estas actuaciones sí que echaran mano de las ayudas que hayan a nivel estatal para el desarrollo de establecimientos turísticos, si bien en este momento no pueden fijar una cifra, pero la idea es de hacer de “Baños El Pozo” un establecimiento de alto standing, pero accesible a todos los bolsillos, “es lo que necesita Comarca para arrancar definitivamente en el sector turístico: Calidad en la oferta” dice Maritza.
Balneario “El Delfín”
“El Delfín” Ofrece apartamentos en un parador del siglo XX que ofrecen vistas al cerro de la Almagra, antigua ciudad de Mula en época romana. Su diseño combina elementos de tradición con espacios amplios creando una atmosfera de reposo con la que prolongar la sensación de bienestar del agua termal. El agua natural del manantial, brota en el corazón del parador en diferentes termas privadas, que se pueden utilizar cuando estas hospedado. En los apartamentos se incluye el desayuno y sus clientes tienen la posibilidad de reservar servicios de masaje tanto relajante como fisioterapéutico.
En cuanto a las instalaciones de apartamentos se han reformado para un ambiente coqueto de montaña y para dar un mayor confort a los clientes pero respetando siempre el carácter tradicional del Delfín. El servicio personalizado es el más valorado por los clientes de hoy día. Para servicios al cliente se ofertan visitas guiadas por Mula y pedanías. Incluyen ofertas para peregrinos. La parte de Baños ofrece una atmosfera más minimalista, con música de relajación y aromas sutiles. Se ofrece la posibilidad de dar masaje tanto en terma como en apartamentos.
Consideran necesario realizar los cambios necesarios que sean posibles para adecuar las nuevas tecnologías y las necesidades propias de instalaciones necesarias (como vestuarios, salas masajes) para un mayor servicio al cliente. También valoran la introducción de un médico hidrólogo necesario para los tratamientos de enfermedades de la piel.
Restaurante “La Almagra”
Su gerente, Kico Pastor Romera, considera imprescindible dar un giro de 180º a la situación actual de Los Baños, es por lo que ha apostado por conducir su negocio de restauración, que lo lleva unos siete años. “Surge de la necesidad de adaptarse”, dice Kico. Su restaurante se ha especializado en paellas y carnes al calor de la lumbre. Ha mejorado las zonas verdes, ya que se encuentra a orillas del río Mula, y decorado el interior del local para conseguir sea más atractivo al cliente.
Propuestas para dar un impulso a los Baños
Por parte de la administración pública es necesario que aborden una mejor señalización de los accesos, arreglo y adecuación de calles y accesos, mejora del alumbrado y dotación de servicios públicos, como en el resto de pedanías, aunque teniendo en cuenta el centro turístico que es los Baños.
Los Baños de Mula tienen una rica historia, y es demanda mucha información sobre la Mula del Cerro de la Almagra, la que aparece en la Cora de Tudmir en el 713, ya que dada la importancia de dicho tratado, son muchos los ciudadanos de las Comunidades Vecinas, que vienen hasta aquí a conocer este enclave.
También el arreglo de la carretera que une la ciudad de Mula con La Puebla y Los Baños, que se encuentra en mal estado y no ha sido mantenida desde que fuese abierta al tráfico la autovía en el 2001.
Y sobre todo el mantenimiento y cuidado del cauce del río Mula a su paso por la pedanía.
El Cerro de la Almagra y el Castillo de Alcalá
Sin duda alguna, dos atractivos más de los Baños son estos dos enclaves históricos, desconocidos para la mayoría de la Región de Murcia.
El poblamiento del Cerro de la Almagra se remonta a la Prehistoria. Su inicio, posiblemente motivado por su gran potencial geoestratégico podría asociarse a la cultura argárica.
La tercera etapa de la Almagra, asociada al mundo romano, es el momento más conocido de la vida del Cerro, aunque la mayor parte de los materiales recuperados corresponden a su final y al período posterior, entre los siglos IV y VI d.C.
Con la caída del Imperio Romano y la instauración del gobierno visigodo La Almagra, junto a ciudades como Begastri o Carthago Nova, pasó a formar parte de este nuevo reino. La Almagra con la llegada de los visigodos pasó a funcionar como punto defensivo en la frontera con los bizantinos, que ya habían pasado a dominar buena parte del sudeste peninsular. Esta época se caracterizó por una conflictividad continua, que posiblemente motivara el refuerzo que presenta la muralla del yacimiento.
En el 711 con la conquista musulmana de la Península Ibérica se inició el proceso de decadencia de la Almagra, aunque esta junto a otros 6 núcleos urbanos conservó ciertos privilegios gracias al Pacto de Tudmir, que establecía su mantenimiento a cambio del pago de un tributo anual en especie y en metálico. Gracias a este Pacto se inició para la Almagra una nueva etapa en la que el núcleo urbano se fortificó convirtiéndose en una de las fortificaciones islámicas mas antiguas de Murcia, datada por algunos autores en el siglo VIII d.C.
Lentamente la población fue abandonando la ciudad descuidando el mantenimiento de los edificios y la muralla fue destruida. Con el abandono de La Almagra se fue formando un nuevo núcleo urbano bajo el actual casco urbano de Mula, produciéndose el abandono definitivo del cerro en el siglo IX d.C, pasando sus ruinas a actuar como materiales de construcción de los nuevos edificios de Mula, la Puebla y Los Baños. Aunque a pesar de su abandono progresivo, el Cerro mantuvo su importancia estratégica hasta el siglo XIII d.C con la incorporación del Reino de Murcia a la Corona de Castilla.
La impresionante fortaleza de Alcalá se encuentra situada en las cercanías de la pedanía muleña de La Puebla. Elevada unos 120 metros sobre las llanuras circundantes, domina perfectamente toda la comarca de Mula, con un radio visual en torno a los 10 ó 12 kilómetros, y se constituye por tanto en un estratégico punto del interior murciano. Estamos, al parecer, ante uno de los edificios fortificados de origen islámico más antiguos de la Región de Murcia, pues algunos autores remontan su fundación al siglo VIII, cuando una guarnición de tropas musulmanas se estableció en el lugar para el control del antiguo enclave de Mula (quizá en el Cejo de la Almagra, junto a los Baños de Mula), una de las siete ciudades de Tudmir que negociaron su incorporación al Islám.
Con los años fue cobrando importancia, dado su carácter de enclave estratégico, como punto de control del territorio y las vías de comunicación. Sus imponentes estructuras defensivas le permitieron incluso mantener un papel relevante durante el proceso de incorporación del Reino de Murcia a la Corona de Castilla, a mediados del siglo XIII. La fortaleza de Alcalá se encuentra catalogada como Bien de Interés Cultural