Desde la época medieval el Niño de Mula era conocido como Campo de Albalat o de Balate hasta que en el siglo XVII el niño y pastor Pedro Botía tuvo la milagrosa visión del Niño Jesús. Ello motivó la construcción de una primera ermita junto al camino de Caravaca convirtiéndose en un lugar sagrado de peregrinación y en 1694 se construyó la actual ermita, siendo el corazón de éste paraje, estimulando el desarrollo y popularidad de esta pedanía de Mula.

Tanto por carretera tomando la salida en la autovía Murcia -Caravaca, como a través de la Vía Verde que tambén une estas dos localidades podemos acceder a la ermita y  a las ventas que ofrecen una rica y varíada gastronomía de la zona